Gregorio Sánchez Marín.
Profesor del Departamento de Organización de Empresas y Finanzas de la Universidad de Murcia. Cátedra de Empresa Familiar Universidad de Murcia.
La Opinión, Encuentros febrero 2013
Durante los últimos años se han dedicado grandes esfuerzos a entender el efecto directo de la propiedad familiar en el desempeño de las empresas y en su capacidad para generar valor.Las investigaciones más “tradicionales”, que relacionan el efecto de la propiedad familiar con la rentabilidad de la empresa, no han arrojado resultados concluyentes hasta la fecha. Mientras que algunos estudios han obtenido que, en promedio, la empresa familiar ofrece una ventaja de valoración con respecto a otras organizaciones, también hay evidencias en sentido contrario, que indican que son las empresas sin una significativa propiedad familiar las que mejor se comportan en términos de generación de valor. Estos resultados, aparentemente contradictorios, pueden deberse no sólo a diferencias en el contexto, al tomar muestras de distintos países, sino también al uso de diferentes definiciones de empresa familiar, de distintos periodos de estudio, así como al empleo de distintas metodologías para estimar la creación de valor. Lo que sí señala la evidencia empírica es que la superioridad de rendimiento de la empresa familiar es sensible a la presencia o no del fundador en la misma, así como al grado de implicación de la familia en la gestión: la presencia del fundador de la empresa y la mayor implicación de la familia en la empresa es un claro predictor de creación de valor económico-financiero.
En paralelo a la publicación de estos estudios, han surgido nuevos trabajos que tratan de analizar el efecto de la empresa familiar sobre otros indicadores de creación de valor que van más allá de los puramente económicos y financieros. A diferencia de los centrados en el valor económico que consideran como único stakeholder relevante al accionista y al propio grupo familiar, estas investigaciones recientes consideran cómo la familia puede crear valor para sus stakeholders en sentido amplio, incluyendo proveedores, clientes, empleados e incluso la sociedad en su conjunto. Los resultados de estas investigaciones son más concluyentes que los anteriores a pesar de que la evidencia empírica es aún limitada dado lo novedoso del tema. La evidencia empírica demuestra que comparadas con las no familiares, las empresas familiares son capaces de generar más valor para sus stakeholders en forma por ejemplo de políticas de empleo más estables, menores niveles de contaminación o mayor implicación en acciones de responsabilidad social corporativa.
Sorprendentemente, a pesar de la existencia de numerosas sinergias entre ambas perspectivas, ambas corrientes han sido desarrolladas de manera totalmente independiente. Es necesario, por tanto, aunar estos dos enfoques, considerando la creación de valor en un sentido amplio, para obtener una adecuada perspectiva de la capacidad competitiva y de generación de valor de la empresa familiar en relación con otras organizaciones. La vinculación entre maximización del beneficio económico y preservación de la riqueza socioemocional pueden explicar muchas de las ventajas encontradas en la creación de valor en empresas familiares.