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Pilar Ortíz García.
Profesora Departamento Sociología Universidad de Murcia. Cátedra Empresa Familiar Mare Nostrum.
La Opinión - Encuentros 12 septiembre 2019

La empresa necesita un buen clima social para desarrollar su actividad, hacer previsiones de futuro y generar confianza entre sus trabajadores y clientes.

En abril de 2017, el diario “La Opinión” publicaba en este mismo apartado, dedicado a la empresa familiar, el artículo “Un barómetro social de los empresarios familiares”, en el que analizaba la percepción del empresariado sobre el clima económico y político a partir de los datos facilitados por el barómetro del Instituto de Empresa Familiar de 2016 (IEF).

En dicha encuesta, los empresarios familiares se pronunciaban de forma contundente sobre la situación política de España: en una escala de 0 a 9, dicha situación recibía un rotundo “suspenso” con una valoración media de 2,2.

Entre la fecha en que se realizó dicho barómetro y la actual, nuestro país ha vivido una situación política agitada en su ya larga trayectoria democrática. El 28 de abril de 2019 los ciudadanos españoles eran convocados por tercera vez a votar en unas elecciones generales en tan solo cuatro años. Al desgaste que este proceso de elecciones sucesivas supone para la ciudadanía, se une la situación de bloqueo en la que los resultados de dichas elecciones han dejado al país. No es sorprendente que el Centro de Investigaciones Sociológicas en su barómetro de mayo de 2019 situara a los/as políticos/as, los partidos y la política en general como el segundo problema en orden de importancia tras el paro.

A una situación política doméstica de incertidumbre, se unen otros conflictos internacionales, como el Brexit y las luchas comerciales entre EE.UU. y China que introducen factores de inestabilidad en el sistema económico global al que pertenece nuestra economía.

Ante este panorama ¿cuál es el clima que perciben los empresarios familiares? De nuevo resulta muy ilustrativo consultar el Barómetro Europeo de Empresa Familiar de 2018, basado en la encuesta llevada a cabo en 23 países europeos, con una muestra general de 1.576 empresarios, de los cuales, 333 corresponden a directivos de empresas familiares españolas.

Según los datos de este Barómetro, los tres problemas más importantes para los empresarios familiares españoles son: el descenso de la rentabilidad de sus empresas (un 42% opina así); la “guerra por el talento” (38%) y la incertidumbre política (35%). La competencia, los cambios regulatorios o la elevación de los costes laborales están por detrás de lo que, sin duda, genera un elevado grado de preocupación entre el empresariado en el momento de realización de la encuesta (2018) y, previsiblemente, todavía más en el momento político actual.

No deja de sorprender que, a pesar de este alto nivel de incertidumbre y preocupación por la situación política, prácticamente ocho de cada diez empresas familiares españolas (79,6%) y siete de cada diez europeas (73%) manifiestan su confianza en la situación económica de sus negocios a un año vista.

De estos datos se podría inferir que, si en momentos de turbulencia política se mantiene la confianza en el crecimiento, una situación de estabilidad multiplicaría dicha confianza y, con ello, las posibilidades de crecimiento de la empresa familiar. Por este, entre otros muchos motivos, urge la salida del bloqueo político en el que parecen haber entrado nuestros gobernantes.

 


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