José Carlos Sánchez de la Vega
Departamento de Economía Aplicada, Universidad de Murcia. Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum
La Opinión, Encuentros octubre 2019
Desde hace más de una década, la Cátedra Empresa Familiar Mare Nostrum publica el Barómetro de la Empresa Familiar de la Región de Murcia, diseñado como una herramienta que permite tomar la temperatura económica y empresarial. Habida cuenta de la enorme importancia que tienen este tipo de empresas en la economía (sin considerar autónomos y microempresas, suponen más del 60% del empleo y casi el 50% del valor añadido en la Región de Murcia según el informe Evolución de la empresa familiar en la Región de Murcia 2015-2017), su opinión cobra particular relevancia en momentos inciertos como los que vivimos.
Así, en la última edición del Barómetro, las respuestas de las más de 150 empresas que participaron en la encuesta ya evidenciaban un claro deterioro de su situación económica, en buena medida con origen en las incertidumbres y riesgos presentes en el panorama tanto regional, como nacional e internacional. Varios meses después, las desfavorables expectativas apuntadas por los encuestados, parecen confirmarse.
En el ámbito internacional, las estimaciones de crecimiento para el año en curso se han revisado a la baja, prácticamente de forma generalizada. El repunte de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, la menor confianza de hogares y empresa que incide en la postergación de los gastos en consumo e inversión, la incertidumbre sobre las negociaciones Unión Europea-Reino Unido sobre el Brexit o la escalada en el precio del petróleo, condicionan intensamente los resultados de 2019.
También en España la actividad lleva varios meses mostrando indicios de debilidad. Según el INE, el crecimiento del PIB en el segundo semestre de 2019 se situó en el 2%, lo que supone dos décimas por debajo del estimado en el trimestre precedente. El menor dinamismo de la demanda interna, justifica en buena medida este comportamiento. Además, tanto la creación de empleo como la reducción del desempleo evidencian el enfriamiento del mercado laboral.
Junto a los factores de riesgo externos, la incertidumbre política interna acrecienta los riesgos a la baja de la economía española. Así lo considera más de 1/3 de las Empresas Familiares, ocupando el tercer lugar en el ranking de las principales preocupaciones de estas empresas (Barómetro Europeo de la Empresa Familiar elaborado por KPMG). La parálisis en la adopción de medidas económicas, la prórroga de los presupuestos generales o la ausencia de consensos en las reformas estructurales que precisa la economía española, lastran los resultados macroeconómicos y en el corto plazo atisban una prolongación de esta debilidad.
Finalmente, la economía regional no escapa de la atonía generalizada en que parecen instalados la mayor parte de los mercados. Tras ser la Comunidad Autónoma con menor crecimiento en 2018 (según datos de la Contabilidad Regional del INE), las previsiones disponibles apuntan a un crecimiento en este ejercicio muy próximo a los valores medios del conjunto español.
En definitiva, y a pesar de que las Empresas Familiares afrontaron y superaron la todavía reciente crisis financiera mejor que el resto de empresas, actualmente se enfrentan a un nuevo reto. Este reto consiste en volver a poner en valor las virtudes que las caracterizan. Su compromiso y confianza, la flexibilidad y visión a largo plazo, o su rapidez en la toma de decisiones, deben servir para consolidar su papel como columna vertebral de las economías española y regional.