Angel Olaz Capitán

Departamento de Sociología y Política Social. Miembro de la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum

La Opinión - Encuentros septiembre 2013

En una reciente investigación realizada por la Cátedra de Empresa Familiar Mare Nostrum – Amefmur, financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación a través del proyecto CSO2010 – 17761, hemos tenido la posibilidad de conocer de primera mano cómo se percibe el clima laboral desde la perspectiva del empresario.

No siempre es tarea sencilla explicar el clima laboral de una organización – en nuestro caso empresa familiar – a través de un conjunto de variables, pero no por ello, esto debe suponer algo insalvable a la hora de singularizar aquellos aspectos más reseñables.

De una muestra de 282 empresas familiares seleccionadas a nivel nacional, éstas manifestaron como elementos explicativos del clima laboral, según su importancia o impacto, la preocupación por el destino del negocio (87.8), el orgullo por la empresa (86.3), el peso de las decisiones (77.3), la influencia de la familia (75.8), los valores compartidos (65.9), la separación entre los aspectos empresariales de los familiares / personales (53.8) y la conflictividad (41.3).

Sin entrar en detalle en cada una de estas variables, resulta cuanto menos llamativo que aspectos cotidianos o del día a día como el conflicto (41.3) y la separación de lo personal con lo profesional (53.8), no tengan el impacto que intuitivamente pudiera atribuírsele a la explicación del clima laboral.

En orden de importancia creciente los valores compartidos, la influencia de la familia, el peso de las decisiones y el orgullo que se siente por la empresa parecen indicar un mayor peso explicativo, hasta llegar a la preocupación por el destino del negocio (87.8) que es la variable que concita el mayor número de coincidencias entre los entrevistados, como factor explicativo del buen o mal clima laboral.

Asistimos, por tanto, a una curiosa paradoja por la que los aspectos más relacionados con el futuro y las expectativas son los que mayor impacto y peso explicativo tienen en la comprensión del clima laboral neutralizando los aspectos cotidianos que experimenta la organización en su quehacer diario.

Estas cuestiones hacen pensar que, frente al corto plazo, el clima laboral sea cual sea – incluso hasta el malo – queda minimizado y hasta neutralizado por una visión más a largo plazo, donde el futuro y destino de la empresa se convierte en la clave que permite seguir en el empeño.