Colaboraciones medios

 

 Pedro Juan Martín Castejón

Cátedra Empresa Familiar. Profesor Departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Murcia

La Opinión - Encuentros octubre 2009

La empresa familiar se encuentra en la intersección entre los sistemas familiar y empresarial. Ambos sistemas desde su nacimiento tienen objetivos muy distintos, ya que el propósito de la empresa es generar beneficios y el de la familia es generar armonía para cuidar y desarrollar personas. Además, la empresa está bajo el ámbito de la cultura organizacional eficiente, por ello tienen una especial relevancia aspectos tales como los objetivos, los resultados, la lógica racional, las relaciones formales y el trabajo de las personas. Frente a estos valores, la familia se encuentra bajo el dominio de una cultura relacional-afectiva y en consecuencia sus valores son por el contrario: el desarrollo de los aspectos emocionales, las expectativas, los lazos de sangre, las relaciones informales y una cultura familiar que valora a sus miembros por lo que son y no por lo que hacen. En consecuencia cuando ambos sistemas se juntan sin ningún tipo de control, planificación y prevención surgen choques, conflictos y tensiones que pueden ser muy destructivos tanto para los resultados de la empresa como para la estructura familiar.

Las principales causas que originan desequilibrio entre ambos sistemas las podemos encontrar en el hecho de no saber clarificar los objetivos e identificar correctamente los espacios y momentos que corresponden a cada sistema. Pues, el hecho de no tener claro lo que corresponde a cada uno de estos sistemas, van a dar lugar a comportamientos y decisiones inadecuadas que generan muchas tensiones familiares y un bajo rendimiento en la empresa. Por ejemplo, utilizar un espacio dedicado a la familia, como pueda ser la comida del domingo, para discutir problemas y conflictos de la empresa. Otra situación podría ser la de discutir sobre temas privados de la familia delante de los empleados en la empresa. Ambas situaciones representan como no se ha sabido respetar el espacio y el tiempo que corresponde a cada uno de los sistemas.

Además de los conflictos asociadas a la incorrecta separación de ambos sistemas, también están los conflictos generados por una deficiente comunicación. Pues, aunque los miembros de la familia pueden pasar juntos mucho tiempo, no es garantía de que exista una buena comunicación entre ellos. Ya que, la buena comunicación depende de otros factores, entre los cuales se encuentran en primer lugar la que denominamos “escucha activa”, ya que para establecer una buena comunicación primero hay que ser un buen receptor. En segundo lugar, elegir el “medio de comunicación” adecuado. En las empresas familiares se abusa de la comunicación verbal, aunque eficaz, esta forma de comunicación en ocasiones resulta imprecisa. La comunicación escrita puede clarificar puntos y ser duradera. Es importante saber cuándo puede utilizarse la comunicación escrita y cuándo conviene usar otro tipo de comunicaciones. Finalmente en tercer lugar, establecer una “comunicación ética”. En otras palabras, siempre conviene decir las cosas con claridad y honestidad, cuidando siempre las formas de decir las cosas a la hora de transmitir los mensajes, sobre todo cuando se trata de asuntos familiares. Pues, hay que tener en cuenta que una comunicación deficiente puede ser la principal causa de tensiones familiares, que después pueden terminar en conflictos empresariales. Aunque ninguna de las partes implicadas tengan voluntad para que esto suceda.

A modo de conclusión podemos decir que si somos capaces de clarificar los objetivos, tener una buena comunicación y separar los espacios y momentos que corresponden a cada sistema, podremos lograr un equilibrio que permita la salud y el desarrollo de ambas instituciones.

 


Colaboradores

                 

 

Menu