Pedro Ángel Colao Marín
Profesor del Departamento de Ciencias Jurídicas de la Universidad Politécnica de Cartagena. Miembro de la Cátedra de Empresa Familiar.
La Opinión, Encuentros marzo 2011
España es un país sui generis, que de alguna manera no acaba de encontrar su sitio ni en horizontal ni en vertical. Me explico: en horizontal nos sentimos, a mucha honra, especialmente relacionados con África y con la América hispana, pero no parece que sepamos administrar nuestra situación al respecto. En vertical pasa algo similar; no estamos entre los de primera pero no nos conformamos con quedar relegados a una tercera fila. Parece que nos cuesta dar el salto e integrarnos de una vez en un nivel alto, y mientras, otros van llegando al nivel que hace unas décadas nosotros alcanzamos, y nos van superando. Nuestro nivel de vida empieza a peligrar de forma seria.
En el fondo de esta situación existen muchos y complejos factores; entre ellos el convencimiento de que para hacer cosas grandes hay que ser muy grande. Uno se imagina que producir cosas nuevas, diseñar nuevos productos, es algo que requiere grandísimas empresas situadas en otros países; sin embargo muchos logros técnicos, muchas mejoras de producción y competitividad, han nacido y se han desarrollado en empresas no tan grandes; en ocasiones, pequeñas.
Es cierto que parece que el tamaño medio de nuestras empresas debe de incrementarse, y en ese sentido hay que avanzar. Pero también lo es que se puede investigar y se pueden desarrollar productos innovadores en el seno de empresas de tamaño pequeño y medio. Muchas cosas muy importantes, tecnológicamente muy avanzadas, se hacen en empresas que no tienen precisamente miles de trabajadores en su nómina, y que son familiares; simplemente dedicaron un tiempo y un esfuerzo a pensar cómo hacer ciertas cosas, o cómo hacerlas mejor, y trabajaron en consecuencia. Está demostrado que ese esfuerzo rinde réditos, y esos réditos son los únicos que nos van a permitir mantener nuestro nivel de vida.
Nuestro país tiene un sistema fiscal de incentivos a la investigación y la innovación que, con sus defectos, permite a los sujetos afrontar determinado tipo de empresas con beneficios fiscales importantes, y en el derecho existen mecanismos de colaboración para asuntos determinados que permiten que sujetos diversos, sin perder la identidad de cada uno, lleven a cabo conjuntamente proyectos de relevancia que solos no podrían abordar. Eso sí, hay que saber hacer las cosas y además hacerlas bien. Y saber trabajar a cuatro o cinco años vista. Pero es lo único que nos va a permitir mantener nuestro nivel y nuestra calidad de vida. Lo que antes rendía ya no lo hace, y casi seguro que no lo va a hacer en el futuro. Nuestra situación en horizontal, con África y con América, nos puede permitir acceder a ciertas zonas en condiciones ventajosas, siempre que seamos capaces de producir lo que van a necesitar.