Joaquín Monreal Pérez
Cátedra Empresa Familiar. Profesor Departamento de Organización de Empresas y Finanzas de la Universidad de Murcia
La Opinión - Encuentros enero 2014
En la actualidad, la salida de la empresa a los mercados de exportación constituye la vía a través de la cual ésta puede mantener, e incluso, mejorar su facturación y, a nivel general, sus resultados globales. De hecho, la recuperación económica española se apoya en el crecimiento de las exportaciones de las empresas españolas. La mayor actividad exportadora de la empresa hace que ésta pueda vender sus bienes o servicios a un mayor número de clientes. La importancia de exportar se ve acentuada por la actual caída del consumo interno.Sin embargo, las ventajas de exportar van más allá de poder incrementar las ventas. Al vender los productos de la empresa a nivel internacional, la empresa diversifica los riesgos (reparte el peligro) que afrontaría al operar únicamente en un solo mercado. Esta ventaja se ilustra con el siguiente ejemplo: ante una crisis en un mercado (como en el español) si vendemos en otros mercados, compensaremos la caída de ventas en el mercado nacional con las ventas en esos otros mercados en los que no hay una crisis de la misma magnitud. Además, los productos exportados suelen implicar una mayor rentabilidad al ser de un mayor valor añadido o poder aplicarles un precio más alto.
Por otra parte, numerosos estudios destacan que la empresa aprende a ser mejor cuando exporta (efecto llamado “aprendizaje por exportación”). Al estar la empresa en contacto con otros actores en el mercado de exportación, como otras empresas rivales, socios o consumidores extranjeros, la empresa aprende a aprovechar mejor sus inversiones, más productiva, innovadora … Además, la rivalidad y exigencia en los mercados de exportación suele ser mayor que en los mercados nacionales, por lo que la empresa debe ser más eficiente a la hora de producir y comercializar sus bienes y servicios de forma exitosa.
La empresa familiar, inmensa mayoría entre la población total de empresas españolas, no escapa de esta realidad. A todas las ventajas mencionadas anteriormente, cabe destacar algunas características propias que hacen que se pueda beneficiar en mayor medida de su actividad exportadora: la empresa familiar suele gozar de una mayor reputación que el resto de empresas, lo que hace que los socios y consumidores confíen más en ella y así pueda alcanzar mejores resultados internacionales. Además, la visión a más largo plazo de los directivos familiares provoca que inviertan internacionalmente con una mayor consistencia y continuidad, lo que hace que su presencia en los mercados de exportación no se deba principalmente a motivos circunstanciales (como pedidos esporádicos procedentes de los mercados de exportación) y obedeciendo a criterios de oportunidad.
Por todo esto, las ventas de exportación constituyen la tabla de salvación y el camino para la obtención de mejores resultados por parte de la empresa familiar. En este contexto, la empresa familiar murciana goza de una gran reputación y comercializa productos (como los agro-alimentarios) de una alta popularidad, circunstancias que debe aprovechar para mejorar su desempeño.