Domingo García Pérez de Lema
Cátedra Empresa Familiar Mare Nostrum | UM_UPCT.
Catedrático Economía Financiera y Contabilidad (UPCT).
La Opinión - 15 marzo 2020
El mundo de los negocios está en constante evolución y la dinámica de las empresas conlleva frecuentemente enfrentarse a todo tipo de riesgos. Por ello los gestores de las empresas son conscientes de la necesidad de gestionar el riesgo de forma adecuada para garantizar la continuidad del negocio. Las empresas familiares deben ser conscientes de la necesidad y la importancia de la gestión del riesgo en sus empresas. Su capacidad para anticiparse a las amenazas del entorno favorecerá su supervivencia.
Los riesgos que deben considerar las empresas familiares son de muy diversa índole. Así, se enfrentan a riesgos estratégicos que afectan a los objetivos estratégicos de una organización; riesgos operativos que afectan a los procesos, a los sistemas, a los recursos humanos y a su cadena de valor; los riesgos financieros que surgen de las fuerzas del mercado sobre los activos o pasivos financieros e incluyen, el riesgo de mercado, el riesgo de crédito y el riesgo de liquidez; y los riesgos de cumplimiento que se relacionan con la normativa legal y regulatoria.
Adicionalmente existen otros riesgos que en la actualidad las empresas familiares deben considerar, en especial las empresas internacionalizadas. Riesgos como los derivados del Brexit, de las relaciones comerciales China-USA-Europa, conflictos geopolíticos internacionales, riesgos del cambio climático y recientemente aquellos relacionados con el coronavirus. O riesgos provocados por la inestabilidad política nacional o por la situación de Cataluña.
Pero la cuestión básica a responder es ¿Qué debe hacer la empresa familiar para afrontar estos riegos? Resulta necesario implantar en la organización un plan de evaluación y de gestión de los riesgos, donde se identifiquen y cuantifiquen los riesgos, así como elaborar un plan de acción para afrontarlos adecuadamente. Si las prácticas y políticas de la gestión de riesgos son capaces de aumentar la confianza de los interesados, la empresa puede tener una ventaja competitiva y puede favorecer su viabilidad a largo plazo. Sin embargo, para que esta gestión sea efectiva es necesario una gestión integrada de todos los riesgos a los que se enfrenta una organización, lo que requiere la alineación de la gestión de riesgos con la estrategia y el gobierno corporativo.
También es importante que en la empresa exista una cultura más sensible al riesgo y más consciente de los riesgos a los que se pueden enfrentar. Una cultura de riesgo donde se recojan todas las inquietudes y se comparten las experiencias, se facilita a través de un proceso en constante evolución de identificación de riesgos y de la planificación de estrategias para contenerlos. Los riesgos si no son controlados pueden implicar una disminución del valor de la empresa y provocar pérdidas que comprometan su supervivencia. La supervivencia de la empresa dependerá de su capacidad para anticiparse a los riesgos, así como de su capacidad para controlarlos y reaccionar adecuadamente antes de que estos ocurran, o al menos de su capacidad para limitarlos.